diciembre 20, 2004

PAPÁ NOEL

El mito supone a un viejo gordo, bonachón, de barba blanca y de ropaje rojo. Vive en el Polo Norte, tiene una fábrica de juguetes y se pasa regalando los mismos en la Navidad.

El cuento ha sido asimilado a lo largo de las recientes generaciones en el siglo XX y el XXI gracias a la Coca-Cola. Puesto que este mito se ha vuelto fundamental en nuestras fiestas de la globalización, el viejito sigue perviviendo en las imágenes de todos los pueblos occidentalizados. Y como esa imagen se debe venerar, hoy la Navidad no es más que eso, el culto a Papá Noel.

En la religión del consumo, el Papá Noel es una coartada para adquirir y soñar que lo que se compra es un regalo. En el mundo light de la Navidad, el nuevo dios a adorar es ése. Su credo es la esperanza (aunque no se diga a qué).

En el mundo de los mitos creados por la industria cultural, luego de la Coca-Cola, Hollywood sigue produciendo imágenes que siguen sustentando al dios del consumo. Su última obra es "El expreso polar".