noviembre 10, 2004

UN MUNDO

Estar dentro de un juego sólo para neutralizar al juego mismo. Convertirse en una imagen y neutralizarse a sí mismo. Penetrar el código y apropiarse de él. Transformar el mundo: volver a nacer en él. Comenzar todo de nuevo, como si las cosas no se hubieran dado nunca jamás. Sólo habitar. ¿Y el juego?

El gran problema es que el juego se convierte en otro. La realidad es una imagen cuyo peso es completamente difícil de deshabitar.